¡Bienvenidos al blog de pesca a Spinning en Menorca!

domingo, 31 de octubre de 2010

Sargos con artificiales...

Hace tan solo un par de años eran, para mí, una captura muy ocasional y aislada, y sin duda, siempre caían por casualidad. Normalmente venían prendidos de minnows de longitudes inferiores a 10 cm, casi siempre robados por uno o los dos triples.

Pero, al fin y al cabo estos espáridos también son depredadores, se alimentan de crustáceos como cangrejos, camarones, gambas, mejillones, navajas, etc. y al parecer también de peces; llegados este punto podemos deducir que si son depredadores, son susceptibles a ser pescados a spinning.

Por mi experiencia y repasando todos, o la mayoría de los que he pescado a spinning diría que en cuanto a su caza de otros peces son depredadores más bien oportunistas y que normalmente los peces que comen están heridos o moribundos, y es que siempre los he pescado con recogidas a base de muchos tirones cortos y rápidos, imitando un pez exhausto, agonizando.

Llegué a dedicarme a su pesca los días en que peces de mayor porte no aparecían. Siempre utilizando minnows de entre 3,5 a 7 cm en colores naturales y brillantes. Normalmente salían sargos de no más de 100g, con alguna captura excepcional llegando a los 300 o 400g.

Esto último era lo que creía que funcionaba mejor hasta la semana pasada, en la que nos adentramos en un pedrero poco frecuentado por pescadores de caña, y menos de spinning. El sitio pintaba bien, a lo mejor el mar incluso demasiado en calma.
Enganché un Kacoon Seabass color “Negro Láser” a la grapa y empezó el festival. Una infinidad de picadas se materializaron en obladas, una pequeño palometón, vacas y sobretodo sargos. Sargos de entre 500 o 600g hasta 1100g, este ultimo lo sacó mi compañero Lluis con un minnow de, si no recuerdo mal, más de 14cm. Impresionante, no salió ningún sargo de menos de medio quilo. En tan solo un par de horas llegaron a salir una docena de peces, algo por desgracia inusual por nuestras costas.


 Los mencionados Kacoon marcaron la diferencia. Llegué a sacar uno de los sargos con el Kacoon SP en color “Rojo/Oro”, un color totalmente antinatural, muy vistoso, ideal para los días con poca visibilidad.

Hemos encontrado un nuevo spot y sin duda volveremos.

miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Las Reinas de la espuma?

Esta es la pregunta que me surge cada vez que me pongo a pensar en mis capturas de lubinas. Llevo ya unos años tras este pez, tan deseado como desconfiado De ahí, de esa desconfianza es en parte de donde viene eso que todos sabemos: que la lubina se debe pescar en la espuma, que es donde es más fácil engañarla al dificultarle que vea nuestra trampa y porque es su zona de caza.

Pero ¿y los días en que no hay espuma? ¿No comen? ¿Son imposibles de engañar?
La mayoría de lubinas que he tenido el placer de pescar han sido en aguas calmas, con aguas más nítidas que turbias. Sabemos que la lubina es un pez esquivo e inteligente, pero debe comer “todos los días” como las otras especies. Claro que no es, normalmente, tan voraz o agresivo como pueden ser palometones, anjovas o llampugas, por citar algunos. Pero esto también dependerá de días y horas, si tenemos la suerte de encontrarnos con un banco de lubinas comiendo, aún con aguas claras y con poco oleaje, se nos hará mucho más fácil hacerlas morder.

He tenido la oportunidad de encontrarme ya unas cuantas veces en situaciones en que las lubinas están tremendamente activas, ojalá fuera más fácil o más común topar con días de estos pues las capturas están casi aseguradas. Probablemente por esto y porque siempre he sido partidario de utilizar líneas y equipos considerablemente ligeros a la vez que señuelos de reducido tamaño, he conseguido más lubinas en días de calma que en la espuma.


Cabe decir que a veces todo es cuestión de estadística y probabilidades. Seguramente he pescado muchas más veces en días sin viento ni oleaje que días con la mar movida, de ahí que hayan salido más peces con las primeras condiciones. En cambio en el norte de España, debido a las mareas del Atlántico y a la facilidad de que se monte una buena en el mar es probable pasar más jornadas pescando en la espuma que sin ella y de ahí que se pesquen más lubinas con “mala mar”.

Con todo esto no quiero decir que piense que es más fácil pescar lubinas en aguas calmas, nada más lejos de la realidad. A mi también me gusta y busco las lubinas en aguas tomadas, con espuma o algo turbias. Sé que es su territorio de caza y donde es más fácil engañarla, no me hacen falta más motivos para convencerme a pesar de que la práctica, almenos en mi caso, diga lo contrario.

viernes, 22 de octubre de 2010

Los Demonios Verdes

Y no le faltaba razón al que así denominó a estos animales, las llampugas, y es que sin duda es la captura más fascinante, nerviosa, vistosa, acrobática y un sin fin de adjetivos más que definen perfectamente este peculiar pez y su fantástica lucha tras ser clavado por nuestros artificiales, en nuestras aguas.

Se trata de un pez pelágico, de aguas superficiales perteneciente a la familia de los Coryphaenidae compuesta solo por dos especies: la Coryphaena hippurus, la más frecuente y la Coryphaena equiselis.
Es un cazador nato, puro músculo que no para nunca de nadar realizando grandes travesías desde el Atlántico hasta el Mediterráneo.
Llega a la friolera de 210cm de longitud y hasta 40kg de peso. 


Pero vamos a lo que nos interesa. Estos peces son migratorios, así que por suerte o por desgracia no están aquí todo el año, sino que solo se acercan desde mediados de agosto, cuando los ejemplares aún son de tamaños bastante reducidos, hasta incluso entrado diciembre, cuando aguantan hasta tales fechas podemos encontrar peces de tamaños realmente respetables.
 Al ser peces pelágicos, se mueven y cazan en la capa más superficial del agua. Ahí ya podemos intuir que su pesca será especialmente espectacular, con señuelos de superficie de todo tipo, poppers, paseantes, hélices, skipping lures, vinilos sin plomar y un largo etcétera de tipos de artificiales que cumplirán con su función perfectamente.

Por citar uno que me ha funcionado muy bien esta temporada, el Zipsea Pop de Smith. Tanto el color Red Line Ghost como el AYU han causado estragos y provocado espeluznantes picadas en superficie.






Mi experiencia con estos animales se basa casi en su totalidad en la pesca desde costa. Desde embarcación puede tornarse mucho más fácil, incluso a veces demasiado, en este ultimo caso se tratará de buscar FADs u objetos flotantes donde las llampugas buscan refugio, o comida, ya que la sombra de dichos objetos flotantes sirven de cobijo a pequeños peces o crustáceos. De ahí que personalmente prefiera la pesca desde costa, donde es un poco más difícil conseguir capturar una llampuga y por tanto, almenos para mi, más satisfactorio.
Desde las rocas hay que buscarlas, donde intuyamos pueden pasar estos característicos “bichos”, normalmente zonas de cierta profundidad, y si abunda el pez pasto, sobretodo agujas, mejor que mejor.
Una vez encontradas las llampugas, unas veces nos facilitan el trabajo, atacando a todo lo que se mueve, y otras en cambio solo siguen el señuelo sin morder, llegando a desesperarnos tras ver frustradas nuestras expectativas después del duro trabajo de encontrarlas. 

Sin duda, si las encontramos en uno de esos días de locura, en los que se tiran a todo, la fiesta está garantizada.












De momento, a día de hoy siguen por aquí y empiezan a alcanzar tamaños esplendidos que pondrán a prueba nuestros equipos con rápidas carreras e impresionantes saltos sobre la superficie, todo un espectáculo que no debemos desperdiciar.

 Un último apunte es que debemos respetar el mar y sus habitantes, desde embarcación puede llegar a ser fácil pescar muchos muchos de estos peces en una sola jornada y darnos cuenta cuando ya están todos muertos y sin saber que hacer con ellos.
No cuesta nada soltarlos con vida si con uno o dos tenemos suficiente.

domingo, 17 de octubre de 2010

Una de perritos...

Sutil, es probablemente el adjetivo que utilizaría para definir con solo una palabra la acción de unos de los señuelos que más me gustan. Se trata de los paseantes. Señuelos, en lineas generales, de forma más o menos cilíndrica y sin babero que precisan de nuestra maestría con la caña y carrete para darles vida. 
Podemos imprimirles diferentes acciones en función de la velocidad de recogida y de los toques de muñeca que seamos capaces de dar a la caña, y de los peces que estemos buscando o que creemos que pueden rondar la zona, todo esto a pesar de estar en principio diseñados para nadar en un movimiento conocido como “Walking The Dog” o “Paseando el perro”, para entendernos un zig-zag más o menos acusado con la cadencia que creamos adecuada.

Un Smith Zipsea Pen en acción de pesca.
 Hasta hace poco había disfrutado de los fantásticos resultados de los modelos flotantes y hundidos. Los primeros nos deparan increíbles imágenes de picadas en superficie de las más variopintas especies, desde las desconfiadas lubinas hasta las acrobáticas llampugas. También sobrecogedoras persecuciones que terminan con ataques fallidos o no, haciéndonos temblar. Su efectividad más que contrastada hace que me decante por ellos en muchas ocasiones antes que por los poppers o skipping lures, sobretodo cuando busco algo no demasiado escandaloso en zonas de poca agua.

Tailwalk Gunz 110 S

Los más lastrados, los hundidos los conocí algo más tarde que los flotantes. Si no recuerdo mal el primero que cayó en mis manos fue el famoso Blues Code de Maria, causó estragos ante espetones, lubinas y llampugas entre otras especies. Poco después me hice con otro clásico, el Mr Joe, otro fantástico artificial que funcionó igual o mejor que el anterior, incluso un dentón de buen porte entró a éste. 

Dentón que sucumbió a los encantos de un paseante hundido.
Por citar otro que dio buenos resultados, el Reef Pencil de Hart, una clara imitación de el de Maria, pero con la peculiaridad de que lo encontré disponible en un tamaño menor, algo que desembocó en multitud de capturas de menor porte pero más abundantes como palometoncetes, lubinas, pequeñas serviolas, etc.

Finalmente los últimos paseantes que he podido probar son varios modelos de la casa Smith. El Zipsea Pen, el Chinupen y los Kacoon han dado muy buenos resultados a pesar de estar en un principio diseñados para especies del otro lado del globo como sus nombres indican. Son por aquí señuelos diferentes y de momento poco vistos, sobretodo para los peces que es lo que nos interesa.
El quid de la cuestión es que esta marca japonesa nos ofrece en concreto el Kacoon en una versión suspendida (además del flotante y el hundido). El Kacoon SP, que es como se llama este paseante suspendido, es un señuelo para mí con una acción totalmente novedosa. Navega entre la superficie y bajo ella, esto lo controlaremos colocando más arriba o más cerca del agua la puntera de la caña. Es más silencioso que un paseante flotante e ideal para utilizarlo en zonas de muy poca profundidad donde con un hundido nos arriesgaríamos a dejarlo enganchado al fondo, pues el SP trae de serie anzuelos dobles dispuestos de manera que sea prácticamente imposible enrocar.

De arriba a abajo: Kacoon SP, Kacoon Seabas (hundido) y Zipsea Pop.

Fantástica llampuga con el citado Smith Kacoon SP
Esta fantástica acción ha marcado la diferencia los días en que los peces están menos activos o reacios a atacar en superficie, días de aguas calmas buscando lubinas o más concretamente con las llampugas, en ocasiones ha llegado a ser el único artificial capaz de engañar alguna, otorgándome varias capturas.
Su tamaño lo hace muy polivalente para las especies que tenemos más comúnmente a tiro por aquí, y los colores también están muy acertados.

Podéis encontrar unos cuantos modelos de Smith, todos validos y testados con excelentes resultados en nuestras aguas en Seawoodtackle.com

lunes, 11 de octubre de 2010

¿Y si para evolucionar miramos atrás?

Probablemente uno de los señuelos más antiguos de “la edad moderna” es ese que aún se sigue utilizando en la parte norte de la península que tenemos a nuestro Oeste, la Ibérica. Se trata de uno de los primeros señuelos que conocimos los que empezamos hace ya años en esto del spinning, precisamente uno de los primeros que conocí yo: el “Chivo”.
Se trata tan solo de un trozo de plomo, de forma más o menos estilizada al que le insertan un trozo de cordel para realizar el bucle donde se atará a la línea por la parte delantera y para atar un par de anzuelos de buen tamaño en la parte posterior, junto con un mechón de pelo de cabra, o chivo; de ahí su denominación.
Es un señuelo de efectividad más que contrastada con las lubinas atlánticas y cantábricas, pero la evolución siempre se hace hueco, de ahí sale probablemente su sucesor, el que ahora conocemos como “Bucktail Jig”.

El bucktail jig consta de una cabeza plomada con un anzuelo simple fijo, una anilla a 90º o 135º respecto a la tija para atarlo a la línea, y rematado con un mechón de pelo de cola de gamo (bucktail) en la parte posterior al plomo.
Es un señuelo tremendamente polivalente en cuanto a acciones y natación. Lo que lo convierte en un artificial muy efectivo ante prácticamente todos los depredadores que rondan nuestras costas.


 Últimamente he tenido la oportunidad, gracias a mi amigo Juan Salas, de probar algunos de estos señuelos que él mismo monta, uno a uno, pintando las cabezas plomadas con aerógrafo, decoradas con ojos y purpurina y un recubrimiento de resina que los hace mucho más resistentes a posibles e inevitables golpes con las rocas o a los temidos dientes de algunas de nuestras presas.
Los acabados y la calidad de estos señuelos me sorprendió, estéticamente perfectos. Pero aún más me sorprendió su efectividad, nunca hubiera imaginado que funcionaran tan bien, simplemente atraen a los peces.
Demostraron su practicidad y eficacia comparándolos con jigs metálicos, cuando estos no ofrecían ningún resultado, los Jurela's Jigs (que es como se llaman estos bucktails que fabrica Juan) obtenían picadas y capturas por doquier, bien dejándolos hundir para las serviolitas o manteniéndolos cerca de la superficie para atraer a las llampugas, no fallaban.

 Desde los más pequeños de 7g a los más grandes que tengo, los de 28 g y tanto el modelo “banana” como el “minnow”, el “super shad” y el “Calamara” todos me han dado capturas, tal vez los más todo terreno sean los de 17,5 g o 21 g, aunque como siempre esto dependerá de las especies que pretendamos capturar, de la profundidad del enclave, de la caña, etc.

Y la cosa no acaba aquí. Juan fabrica otros señuelos, siempre artesanales, pintados a mano, como el Crazy Sardine, un simple a la vez que efectivo jig metálico con fantásticos colores también a aerógrafo, o los Minnow Spinn que vienen a ser una cabeza plomada, con los característicos acabados de todos los Jurela's Jigs y con una cucharilla giratoria detrás que derrocha brillos y destellos al moverse.

 Finalmente, su última creación que ha dado a conocer son los Jurela's Ikashu Jigs, algo parecido al famoso Inchiku, en este caso, formado por una cabeza de plomo redondeado del cual cuelga un pulpito con dos anzuelos simples, todo un acierto para el light jigging y spinning. He tenido la oportunidad de estrenarlos esta misma semana pasada y han dado magníficos resultados ante serránidos como las vacas y carángidos como las serviolas.


Os invito a que visitéis su página web en http://www.actiweb.es/jurelasjigs/index.html , donde podréis ver todos los modelos y colores disponibles.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Octubre querido...

...te pido que todo siga igual que estos ultimos dias, y es que siguiendo el filón de la entrada anterior, debo decir que este mes (lo poco que llevamos de él) está superando con creces mis más altas expectativas.

Empezó bien el mes con una mini-quedada con algunos de los mejores en esto del spinning de la isla. El señor Lito, Don Marc, mi amigo Lluis y un servidor nos adentramos en territorio de bichos malos. La quedada como siempre fue un éxito, más por la compañía que por los peces, también como siempre. Aún así las llampugas no faltaron a la cita y nos deleitaron con sus espectaculares picadas y saltos acrobáticos. Terminamos sacando algunas de ellas, llevándose un piercing en forma de etiqueta por parte de Lito...a ver si les seguimos el rastro.
Aquí podeis ver a Marc luchando con la última de las que se fueron marcadas:


Al día siguiente pisé una bonita playa de la isla, querenciosa en animales de cierto porte, la cual hacia algún tiempo que no visitaba.
Empecé lanzando sutiles señuelos en forma de paseantes, minnows y vinilos buscando las siempre desconfiadas reinas de la espuma, las lubinas. En este caso no había espuma, ni olas, ni agua turbia así que nanai de lubinas, una picada de un pequeño palometón fue todo hasta que decidí armar a la grapa un pencil popper de considerable tamaño. Me adentré con el wader todo lo que pude en el agua, quedando a unos 40 m de la arena y empecé a hacer ruido con el escandaloso artificial. No tardé en visualizar una estela que venia hacia el mismo, cuando me dí cuenta ya estaba el animal pegado. La caña se dobló, el freno del carrete empezó a chirriar con esa melodia que tanto nos gusta y empezó la “tormenta”.
Tras 45 minutos de lucha consigo varar un precioso palometón que tras la sesión fotográfica por parte de un amable “surfcaster” fue merecidamente liberado con éxito:


El equipo, una caña Smith BayLiner 86 SB con acción de 7-21g y un carrete Shimano Rarenium 2500 armado con trenza de 5 lb se comportaron a la perfección, sin mostrar síntomas de falta de potencia o debilidad en ningún momento. Una gozada.











Después del “subidón” del palometón, al día siguiente y como siempre tenia ganas de más. En esta ocasión nos hallaríamos pescando en un bonito roquedo, batido por las olas y con algo de espuma. Esta vez las condiciones eran ideales para la lubina, así que nos dispusimos a buscarla.
Lluis fue el primero en tocarlas, dos pequeños ejemplares consecutivos que rondaban los 500 g nos dejaron sacarles algunas bonitas fotos.



Al cambiar de postura me tocó a mi. Varios ataques de estas lubinetas al Kacoon Seabass de Smith que no terminaron de cuajar. Al final el Saruna 110 se llevó la palma con tres peces, primero un bonito sargo y después dos lubinas, una de ellas cercana al kg salieron del agua.
Por supuesto todo devuelto a su medio.






 Para finalizar, hoy mismo y como no podía ser de otra manera cuando de las serviolitas se trata, los Jurela's Jigs me han regalado unas cuantas capturas de esta combativa especie:



Esperemos que siga la racha!

sábado, 2 de octubre de 2010

Del 9 al 10

Pues sí, acabamos de estrenar mes, el mes 10 osease el octubre. Sin duda y como viene siendo habitual, uno de los mejores meses del año para la práctica del spinning en nuestras costas.
Aunque, por suerte o por desgracia, irremediablemente dejamos atrás el 9, el septiembre. Éste septiembre me será difícil de olvidar. Han caído muchos peces de muchas especies distintas a muchos señuelos diferentes. Lo más destacable la llampuga, que ha dado la cara como no lo hizo el año pasado, cuanto la echaba de menos! Han aparecido prácticamente por toda la isla siempre que las buscásemos en zonas con cierta profundidad y artificiales algo escandalosos y chillones.





Las serviolitas también me han hecho pasar buenos momentos. Espectacular su increíble fuerza y resistencia durante la lucha con equipos ligeros, me han llegado a poner en apuros con el equipo “ultralight” compuesto por una caña de 2 m con acción hasta 10 g y un carrete Shimano tamaño 1000. Con la embergadura que tienen la mayoría de ellas por estas fechas me es ideal un equipo algo más potente.

 Este año los Jurela`s Jigs han marcado realmente la diferencia ante todos los demás jigs.





















 
Como no, los espetones se tenian que  dejar ver. Los encontramos un día bastante activos cuando buscábamos lubinas y/o dentones (ojala!) en un pedrero de la parte norte; especialmente agresivos, me llegaron a agujerear un minnow y cortarnos el bajo en un par de ocasiones.
Éste entró sin pensárselo a un Gunz 110 S, me encanta este señuelo:






El mismo día de los espetones nos encontramos con las obladas “gigantes” atacando señuelos de hasta 12,5 y 13 cm, espectacular:



Finalmente también dió la cara en el pasado mes un bonito palometón, con una persecución espectacular y haciéndome temblar en la picada; puso a prueba el freno del Shimano Rarenium 2500 y la potencia de la Smith BayLiner SB, una gozada:


Además de todo esto han caído agujas, algun merillo, arañas, lagartos...
Faltó la lubina, a pesar de haber tenido algunos ataques sin materializarse en captura, pero ya tendremos todo el resto del año para dedicarlo casi exclusivamente a ella.

Si el octubre es igual de bueno, me doy con un canto en los dientes.

Hasta la próxima.

Clickando aquí podeis ver las fotos en tamaño real.

PD: TODOS los peces que se ven en las fotos fueron liberados con éxito.