¡Bienvenidos al blog de pesca a Spinning en Menorca!

viernes, 31 de diciembre de 2010

Balance

Para despedir el año publico esta entrada dedicada al balance anual en lo que a pesca se refiere.

Subjetivamente hablando tengo que calificar este año como muy bueno. Han salido muchas especies de peces, algunas nuevas para mí. He sacado los mayores palometones hasta ahora y espetones de fantástico calibre. Este año sí han estado presentes y en gran cantidad las mágicas llampugas, también salió alguna de buen tamaño, aunque me quedé con las ganas de sacar alguna a mosca.
En cuanto a la especie reina, la lubina, tampoco me puedo quejar. Varias de más de 3kg y alguna superando con creces los 4kg, para rematar alguna salió en superficie y con el agua como un charco de aceite; no se puede pedir más.

Pero...todo esto es secundario. Lo realmente especial de este año ha sido ponernos las pilas en cuanto a arrejuntarnos algunos de los más enfermos de la isla en esto de lanzar artilugios de diferentes materiales al agua. Compartiendo jornadas, más o menos exitosas en cuanto a peces, pero siempre disfrutando de esa magnífica compañía; Don Hipólito o Don Marc por citar algunos. Además de poder conocer personalmente, después de intercambiar opiniones durante años a través de la red, a uno de los mejores en la pesca a mosca Don José Weigand, al que espero volver a ver pronto y disfrutar de algunas “clases” de esa técnica que me apasiona.

Difícilmente 2011 podrá superar el año que hoy dejamos atrás. Aunque simplemente sea otra vuelta más del globo alrededor del Astro de nuestra galaxia, seguro que nos sorprende.

Hasta el año que viene, espero repleto de magníficos momentos para todos.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Montaje de una “Clouser Minnow”

Al hilo de una antigua entrada de este mismo blog llamada “¿A mosca en el Mar?”, os expongo un montaje paso a paso de una de las moscas más efectivas y conocidas en todo el mundo. Adaptando el tamaño del anzuelo y los colores sirve para la mayoría de depredadores susceptibles a ser pescados a mosca. Se trata de la archiconocida “Clouser Minnow”, un montaje original de Bob Clouser que se ha hecho famoso gracias a su polivalencia, eficacia y simplicidad.
Es una mosca que nos permite variar los materiales, lo esencial en ella son los ojos de diábolo montados en la parte superior de la tija del anzuelo, lo que hace que nade con la punta de éste hacia arriba debido al cambio del centro de gravedad (de ahí que podamos utilizarla cerca del fondo con menos posibilidades de enrocarla) y que tenga su atractivo movimiento de “cabeceo”.

Ahí va la que yo suelo montar:

Materiales:
-Anzuelo Mustad 34007 1/0
-Ojos de diábolo o cadena
-Flashabou perla y azul
-Bucktail blanco y azul
-Krystal Flash plata

Paso 1: Empezamos con una base de hilo de montaje a un tercio de la longitud de la tija del anzuelo desde la anilla:


Paso 2: Atamos los ojos de diábolo, damos varias vueltas de hilo de montaje en cruz y por debajo de los ojos para crear una buena base.


Paso 3: Ponemos unas 6 u 8 fibras de Flashabou perla justo detrás de los ojos.


Paso 4: Atamos un mechón de bucktail blanco en la parte superior de la tija, también detrás de los ojos. Al principio es un material algo engorroso de utilizar, pero con algo de práctica nos quedará como en la foto. Un truco para que el atado no quede demasiado abultado es cortar el bucktail un poco en diagonal en vez de recto.


Paso 5: Giramos el anzuelo con la punta hacia arriba para que nos sea más cómodo realizar los siguientes pasos y colocamos algunas fibras de Krystal Flash plata en la parte interior de la tija, justo detrás de los ojos.


Paso 6: Colocamos ahora unas cuantas fibras de Flashabou azul justo delante de los ojos, en la parte contraria a ellos.


Paso 7: Atamos otro mechón de bucktail, en este caso azul para el lomo de la imitación. También por delante de los ojos y en la parte de la punta del anzuelo (la que ahora tenemos arriba).


Paso 8: Finalmente ya solo nos queda pegar los ojos 3D...y a lanzar!



Cabe destacar que esta mosca es algo más difícil de lanzar que otras si utilizamos una caña demasiado fina y los ojos de diábolo son demasiado grandes, ya que estos producirán un contrapeso que nos estorbara en los falsos lances. Hay que utilizar la caña y línea adecuada en función del tamaño de ojos que queramos emplear.

lunes, 13 de diciembre de 2010

La importancia de los colores

Lubina engañada con un Smith Kacoon SP de color chillón en plena noche.
Según algunos estudios de Nathional Geographic los peces no son capaces de distinguir colores a más de 45cm de distancia. Además, los confunden cuando hay brillos de por medio. Así llegaron a la conclusión de que los peces, en general, no son capaces de distinguir un señuelo artificial de una presa real.
De ahí podemos intuir también que los peces depredadores encuentran su alimento gracias a la línea lateral, de manera que seguramente si conseguimos unas vibraciones en el artificial lo más parecidas posibles a los peces que están comiendo, tendremos más posibilidades de éxito que si adivinamos o no el color.
Precisamente la misión de poppers o hélices es la de hacer que los depredadores perciban la “presa” desde mucha más distancia gracias al ruido y ondas producidas en el agua.
Algo en lo que me fijo mucho últimamente y que creo muchas veces es crucial, es el brillo de los artificiales, y es que seamos sinceros, por mucho que a los peces les cueste distinguir colores, o si se trata de un trozo de plástico o un pececillo real; todos hemos tenido días en los que funciona mejor un color que otro. Simplemente un color obtiene picadas y otro no, aún tratándose del mismo artificial.
Aunque en este aspecto también pueden entrar en juego diferentes factores, como el hecho de que el agua esté tomada y lógicamente les sea más fácil de detectar a los peces un señuelo blanco que otro marrón.

Algo que he podido constatar, que realmente funciona o puede marcar la diferencia son los brillos cromados u holográficos que algunas marcas ofrecen hoy en día. 
 
Smith Saruna.
Donde más podemos comprobar es en los artificiales que navegan bajo la superficie, pues los demás al producir un fuerte chapoteo o estar la mayor parte del tiempo con medio cuerpo fuera del agua no dejan margen a que el depredador se dé cuenta del color exacto o de si tiene un brillo más o menos real.

Concretamente la firma Smith LTD. tiene en el mercado algunos colores realmente excepcionales en unos señuelos aun mejores. Por citar algunos, los Saruna color “Mújol” o “AYU” han causado estragos ante todo tipo de depredadores, por nuestras costas y fuera de ellas. Lubinas, espetones, palometas, llampugas, serviolas, sargos, obladas e incluso meros se han dejado cautivar por este fantástico señuelo en sus diferentes medidas y colores.

Lubina engañada por unos compañeros peninsulares con un Smith Haluca 125F.

Estos días he tenido el placer de poder probar una novedad de esta marca disponible en España, se trata del “Haluca”, todo un acierto ante lubinas resabiadas y seguro que dará que hablar ante otras muchas especies. Es un minnow de forma estilizada con un revolucionario sistema de transferencia de pesos que hace que vuele como un misil, desde que lo tengo aún no lo he visto volar mal. En cuanto a los colores, que es el tema que nos ocupa, está disponible en holografías realmente espectaculares, imitando perfectamente una pequeña lisa o sardina.

Smith Haluca
Cuentan con dos tamaños, 147mm que lo veo ideal para zonas más abiertas, de noche o dentro de espuma donde queremos llamar la atención del pez; i el 125mm para peces algo más pequeños o pescar en zonas más tranquilas. Para rematar, el modelo 125 está disponible en “Floating” (flotante) y “Sinking” (hundido). El hundido me tiene enamorado para zonas más profundas cuando quiero prospectar la parte de debajo de la espuma.

Podéis encontrar estos y muchos más modelos de Smith y otras marcas en: seawoodtackle.com/store/

domingo, 5 de diciembre de 2010

La clave del éxito

Si nos fijamos con detenimiento, muchas de las cosas que nos rodean y que son las más funcionales, si las analizamos nos daremos cuenta de que tienen algo en común. Se trata de la simplicidad y/o sencillez.
En prácticamente todos los casos y en la mayoría de áreas triunfan las cosas más sencillas, las que constan de menos partes o menos complicadas.
Así lo pude constatar estos últimos días con los señuelos artificiales. Un simple trozo de madera de pino, con un poco de plomo, un babero y forrado de papel plateado. Ni más ni menos, sin ojos, sin brillos holográficos, sin agallas, ni detalles. Lo más simple imaginable en un señuelo hizo morder más peces que cualquier otro.
Sin duda, en el mundo del spinning tampoco es que sea lo más normal. Las marcas dedican mucho esfuerzo en diseñar y confeccionar señuelos cada vez más parecidos a la realidad de lo que imitan. Pero sabiendo esto nos podemos preguntar si realmente eso sirve de algo frente a lo que nuestra actividad representa. ¿Realmente esos señuelos hiper-realistas pescan más peces por el hecho de ser hiper-realistas? ¿o pescan más peces porque el pescador los utiliza más?

La sensación es de que los señuelos se diseñan más para pescar a los pescadores que a los peces. Almenos en el caso que nos ocupa.

Se trataba de espetones. La idea era la de tirarles algo grande y brillante, sin que fuera demasiado pesado para la 7-21g, que lo vieran desde lejos en la oscuridad de la noche. Y si solo les gustaba a los grandes, mejor que mejor.
Las características estaban claras, y me dispuse a tallar algo finito tipo pez aguja sobre madera de pino. Me llevó pocos minutos tenerlo incluso lijado, solo quedaba ponerle algo de plomo para que trabajara en profundidad y un babero para darle movimiento. Lo forré con papel de plata y quedó exactamente como quería, solo había que probarlo.
Una fijados los triples me dispuse ya entrada la noche a hacerlo nadar. Primero un par de lances cortos para ajustar la natación, y en el primer disparo a lo lejos, después de toda la recogida cuando el señuelo se encontraba ya a escasos metros fue fácil divisar la silueta de un buen espetón. Al seguir recogiendo el animal desapareció en la oscuridad, para resurgir a los pocos segundos y atacar sin piedad el trozo de madera de pino...varios cabezazos más tarde y con una lucha bastante pobre para sus dimensiones, pudo mi compañero Lluis embocarle el atrapapeces e izarlo.

Algunas fotos y al agua de nuevo.
El más simple de los artificiales no había fallado, no podía tener mejor estreno tampoco. Un lance, un pez. Para colmo, a los siguientes lances terminaron cortándome el bajo “twisted”.

Como no, al día siguiente ya me estaba preparando otro, siguiendo el mismo patrón. Para la noche estaba listo y con el barniz ya seco me dispongo a probarlo. Sobre las 23h empezamos a lanzar en el mismo enclave del día anterior Lluis y yo.
No le hacían mucho caso al Max Rap de mi compañero. Yo empiezo lanzando la aguja plateada artesanal de 20cm. La dejo profundizar y empiezo a recoger a tirones, preguntándome si el agua un poco tomada les gustaría a los espetones, aún sin haberme respondido noto una picada que clavo rápidamente. Se trata de un espetón de unos 2kg, otra vez al primer lance, mi señuelo hace de las suyas.


Suelto el espetón y vuelvo a lanzar. Más de lo mismo, dejo profundizar y empiezo a darle al carrete. Cuando ya tenía cerca el artificial siento otra picada sin que se clavara el pez, sigo con la recogida y antes de sacar la agujita otra picada que me corta el bajo una vez más sin darme tiempo a nada.
Ídem fue lo del día siguiente. Con otro señuelo preparado, primer lance: espetón al canto, que por desgracia me doblegó el babero del artificial y después de desempescarlo y devolverlo al agua ya no volví a ver otro compañero suyo.

Falta ver si con otras especies y aspectos se sigue la misma regla de la simplicidad.